30 diciembre 2010

Tango

Como dice mi abuela: "Para bailar tango se necesitan dos"

Increíble como una frase aparentemente tan simple, es tan asquerosamente potente.
A lo largo de mi corta vida me he encontrado con que se aplica ineludiblemente a prácticamente todo tipo de relaciones entre dos personas. Conflictos, amores, trabajo, juego, amistad, etc.

Para pelear, los dos deben querer agredir al otro. Para relacionarse (usando la palabra autoreferentemente) los dos deben querer generar ese lazo. Para trabajar, los dos deben querer lograr un objetivo laboral en común. Para jugar, los dos deben ser cómplices. Para tener una amistad, los dos deben caerse bien.

Obviamente hay un lado oscuro en todo esto; por algo esta mierda de blog no es blanca con pompones rosados. Cuando uno, por ejemplo, quiere pelear y el otro no, uno queda como conflictivo y no se llega a nada, pudriendo todo el intento y a uno mismo. En este caso la contraparte se salva olímpicamente de una pelea y de pasadita deja al "agresor" mal frente a sí mismo y frente al resto (por algo el dicho dice "combate evitado, combate ganado").

De que sirve que una persona quiera entablar una relación con la otra, si ésta última no quiere. Para la contraparte en este caso es una simple piedra en el zapato mientras que para el intencionado, es un formidable golpe de puño en la boca del estómago por parte del destino. Como dice una aérea amiga, "Karma is a bitch".

En karate puedo resistir todos los zukis en el plexo solar que quiera... pero la vida es una ramera más sádica y fuerte que cualquier senpai.

Pedro 1 - Destino 2 3

Sigue así, insulso patán sádico. Y sí, te seguiré insultando famélico intento de epopeya gore. Va llegar un momento en que logre doblegarte y bailaré sobre tu tumba ardiente, despojo de infante estulto y descriteriado.

Y como el buen Duke N. dice, "This sucks"

Y ahora un mensaje para las basofias de enseñanzas de la vida:

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