El Ansia - Segunda Parte

Tres días después del funeral del primogénito, el padre se enclaustró en su biblioteca ocultista. La servidumbre se encargó de mantenerlo en pié alimentándolo y asistiéndolo en todo lo que pedía. Buscaba algo, no sabía qué exactamente, pero sabía que en alguno de sus libros que alguna vez solo fueron piezas de colección, habría alguna salida, alguna solución al pesar de su alma. Lo que antes parecían solo supersticiones y religiones olvidadas por el tiempo, ahora se veían como reales posibilidades de un mundo olvidado. Muchos textos estaban en lenguas muertas, pero su afición por las culturas de antaño lo había instruido bien en descifrar textos olvidados, no de forma certera, pero lo suficiente como para tener una ligera noción de lo que trataba.

Uno de los libros, copia de un compilado de grabados de la antigua Mesopotamia, y vagos intentos de traducción, le llamó intensamente la atención. Sin tener una total certeza del contenido de los textos, hacían alusión a la vida y la muerte, y de prácticas de separación y unión de alma y cuerpo. Por unos instantes le pareció una idea desquiciada y totalmente inhumana, pero con el tiempo, empezó a considerar la posibilidad que se le presentaba ante sus manos. Según lo que se podía entender, podría ser posible revivir a su hijo, levantarlo de su lecho eterno.

Estudió todo lo que pudo de aquellos grabados y temas relacionados. Estudió día y noche las prácticas de aquella época. Según los autores, solo se trataban de antiguas creencias sin bases concretas, pero para él, cualquier idea por irracional que pareciese, era digna de poner en práctica...

Continuará...