29 enero 2011

Factor CVA

Quien lo diría, la cosa va bastante mejor. Todo está en la actitud y en retorcer el funcionamiento del mundo en tu beneficio. Que notable seguidilla de sucesos ionosféricos inesperados ha sido el último puñado de días.

No escribiré mucho hoy. Quién sabe si el instinto espía, investigador, periodista o simplemente metiche empedernido de alguien involucrado, conduce a ojos inadecuados aquí y develan todos mis planes de dominación. Me vería obligado a construir una gran moledora de carne humana.

En los tres estornudos veo horizontes interesantes y con sabor a maracuyá con café y toques de trufas con pistachos y helado de chirimoya alegre.

En el primer estornudo, he descubierto como nuevamente Pedro le gana a la ciencia, mandando al averno de estiércol al sistema de salud, plantando cara a la propia integridad y descubriendo que esa prohibición de actividad física vale mierda al lado de la dicha de practicar Karate. ¡Con kumité incluído!.

Tenemos después el segundo estornudo, que se veía hace varios meses bastante pusilánime y como todo un alfeñique inservible. Pero veo venir rodando una gran pila de oportunidades impresionantemente ambiciosas. Son posibilidades, pero que demonios, ¡la ambición de ésta área es lo más sano del multiverso, maldita sea!.

Y del tercer estornudo, aunque nada ha cambiado tomando en consideración el historial completo, se ven al menos distracciones y cambios de entorno bastante atractivos. Para que mentir, si uno se pierde en un bosque, toma la desición y se dispone a buscar alguna fruta, encuentra una y ésta cae a un pozo con caca y tiburones zombie, nadie sería tan estúpido como para saltar de cabeza a buscarla... ¡uno sigue caminando! ¡con un demonio, Jack!.

El destino es un malnacido, pero como tal es bastante inútil en mantener su entereza y no tenemos que perder la oportunidad de romperle la cara de vez en cuando y mostrarle quién mierda es el que manda.


Así que papi, mami, niños... a mantener esa mirada exitosa y entusiasta, que hartas sonrisas logra extirpar a través de semblantes estresados e implacables en la calle.

Quien lo diría... efectivamente en algún momento iba a terminar escribiendo cosas sin nada de contenido, pero que demonios, ¡el blog es mío, pinche pendejo!.

Saludos manga de soperútanos.

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