Distintas formas para un mismo objetivo

Lo entretenido de todo esto, es que uno durante mucho tiempo, como una etapa casi indispensable en el desarrollo de todos, busca a un ser perfecto, busca a una persona llena de méritos y sin defectos, llena de combustibles para nuesta alegría.

A medida que pasa el tiempo, encuentras a distintas personas. Siempre cada persona nueva, te muestra un catálogo de virtudes atrayentes, junto con un contrato de falencias a asumir y tomar casi como una responsabilidad de respeto. Es esta persona lo suficientemente de un modo para atraernos, y tiene un nivel moderado de facetas opuestas a nosotros, que estamos dispuestos a obviar para obtener algo de satisfacción efímera.

Al aceptar el contrato, estudiamos cada pro de nuestro sujeto, admiramos cada detalle rescatable, y construimos una nueva imagen para vestir a esta persona en nuestra mente, y enamorarnos perdidamente de ella; un enamoramiento también construido plásticamente, una obsesión, o tan solo atracción momentania para sobrevivir algun tiempo.

Una y otras personas pasan frente a nosotros, las estudiamos, las adoptamos un tiempo, disfrutamos hasta que la ilusión se desgasta y volvemos a la realidad, "the same old story".

Pero fuera de la diversión, es increíble darse cuenta en que hay un momento, en que es posible encontrar una persona, que sin ser la persona perfecta, tiene todas las virtudes y ventajas posibles que pueden hacerte sentir realmente feliz, y cuyos defectos, no tienen relación contigo, o para ti simplemente no son tales. No es la persona que hasta hace un par de eones imaginabas como ideal; es mejor. Tiene vida. El sujeto perfecto, se ve muy bien tras nuestra frente, pero si realmente existiera sería macabramente banal, con nada que pueda dar algo de emoción al hecho de tener a este ser.

Hasta aqui todo es mariposas y flores. El enorme detalle, es que esta persona fácilmente escapa a nuestro mapa de gente, no cabe en alguna categoría ya analizada, estudiada y entrenada. Nos atrapa absolutamente de sorpresa. Aqui es cuando es increíblemente fácil caer en las dudas acerca de nosotros mismos, en nuestra conciencia, en los sobreanálisis, y lo peor; en la inseguridad.

Pero no importa, hay toneladas de melosas mariposas y flores. Las suficientes para crear un lazo mutuo. Cada uno entiende al otro completamente, independiente si la comunicación de esto sea clara, sin caer en el tortuoso terreno de "dar más oportunidades". Es como emprender un viaje en bote, sacando el bote desde un bosque cercano; cuesta muchísimo arrastrarlo hasta la orilla, posiblemente debas tomar descansos, te tropieses con piedras de envidia, celos, malentendidos, rencores, inseguridades, pero no importa; solo son pequeños tropezones, que nisiquiera son capaces de botarte.

Después de un arduo trabajo de ambas partes, se llegará al agua. No importa si será un viaje transoceánico o solo un orilleo durante la tarde. Pero la sensación de navegar libres, de elegir rumbo cualquiera, es la sensación panaceánica y realmente trascendente de todo lo que se trabajó para llegar a esto.

Ya si la orilla era muy blanda, muy rocosa, hay muchos acantilados, mucha gente estorbando, el bote es muy grande, el bote es muy chico, hay más gente en el bote, no hay nadie cerca, falta un remo, sobra otro, etc. son solo irrelevancias. Nadie podrá impedir que disfrutes del mejor viaje de tu vida junto a quien tu eliges a tu propia voluntad, dejando de lado las reglas sociales impuestas por masas, las cuestionables opiniones de terceros, o tus propias inseguridades racionales.